De la Energía a las Ciudades
Por
Gabriel González Delgado
a
energía es la semilla de la misma naturaleza que, en un momento preciso, unas trillonésimas
de segundo después del Big Bang, pasó
de un estado a otro para dar origen a la materia. Sabemos que la energía no se
crea ni se destruye, ésta sólo cambia de forma, es decir, sólo se transforma ¿Cómo
esta ley física ha forjado nuestra percepción del entorno? Con lo anterior
podemos analizar dos de sus variables: la económica, que ha modificado el
estado social del hombre a través del tiempo; la tecnológica, que ha permitido
la evolución y sus cambios de pensamiento.
En el saber humano se conocen dos maneras de llegar al
conocimiento. El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la
experiencia, afirmando que ésta es la base de todo conocimiento. Por el
contrario el racionalismo que se opone al empirismo, es una corriente de
pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del
conocimiento. El hombre primitivo empezó a evolucionar a medida de sus
necesidades, comenzó a perfeccionar sus técnicas de caza a través de la
experiencia y construyendo herramientas que facilitarían sus tareas. A medida
que avanzaba en su evolución, el hombre se estableció alrededor de los cuerpos de
agua, como los ríos (el Tigris, el Nilo o el Éufrates) donde se establecieron
las civilizaciones más antiguas. El hombre empezaba a experimentar el sedentarismo.
Una vez establecido comenzó el desarrollo y auge del sistema de intercambio: el
Mercado.
Después de pasar por una época de oscuridad, la misma que
condenó a Galileo, el hombre sale de la
cueva para entrar en una era de razón. A partir de esa época de Ilustración, el
hombre empieza a experimentar cambios profundos que posteriormente dieron paso
a las revoluciones. Se adquiere una conciencia a partir de las corrientes
enciclopedistas. Después una nueva revolución, una industrial, propicia que
cada vez más personas emigren a vivir a estos asentamientos y les hicieron
llamar: ciudades. Hubo quienes se oponían a esas ideas de maquinización; en Inglaterra,
cuna de la Revolución Industrial, se dio el ludismo, un movimiento social
obrero que buscaba acabar con el nuevo planteamiento productivo mediante la
destrucción de las máquinas para mantener el trabajo artesano y manual, pero la
tecnología se impone por la convicción de que la técnica es más eficaz y
definitiva que cualquier otra solución organizacional. Cada vez más personas
del campo empezaron a emigrar a las ciudades, se da un crecimiento demográfico
acelerado a medida que la industrialización avanza y penetra en todos los
aspectos de la sociedad.
La sociedad, íntimamente ligada a la ciudad, integradas a
través de diferentes sistemas como una sola entidad. La ciudad es, según
Platón, un espacio para la vida social y espiritual y que estará encaminada a
elevar a los hombres a la virtud. Aristóteles le da un carácter político y la
define como un conjunto de ciudadanos, de tal manera que la ciudad no es un
espacio determinado sino un conjunto de ciudadanos libres, ejerciendo en común
sus libertades públicas, siendo el espacio un aspecto secundario.
La tecnología juega un papel importante en la
mecanización, pero el problema de una superproducción trae consigo una
superpoblación. Thomas Malthus afirmaba que una superproducción, que hoy se
observa en países donde cocinan con las viejas recetas neoliberales, suponía un
problema de superpoblación. Hoy en día podemos comprobarlo, pues actualmente somos
más del doble de la población mundial que en los años 50’s y, los problemas
energéticos actuales son aún más graves que en aquellos años.
Según estudios de la "ONU" para el año 2025 el
63% de la gente del planeta vivirá en las ciudades; en América Latina, Asia y
muchos otras partes del mundo éstos porcentajes ya están sobradamente
superados. El mundo vive un acelerado proceso de urbanización como consecuencia
del proceso de industrialización que se realiza en las ciudades, el cual
demanda verdaderos ejércitos de "mano de obra" barata, proveniente
del campo y por ser la ciudad el lugar donde se concentra toda la
infraestructura de servicios públicos; con excepción de las actividades
primarias como la agricultura, la minería, etc., base y sustento de la
industria.
Las ciudades actuales producen todo tipo de chatarra
tecnológica, el mercado está inundado de toda clase de artefactos de alta
tecnología, que si bien es cierto algunas vienen a simplificar algunos aspectos
de nuestras vidas, la mayoría de estos
productos intentan llenar el vacío de una criatura afligida por un sistema de
intercambio que les condiciona al progreso, al éxito o alguna posición
privilegiada dentro de la sociedad, mediante la sumisión hacia un sistema
voraz. Vivimos en una sociedad habitualmente acostumbrada a los productos de
alta tecnología. La nueva Era Digital trae consigo cambios sustanciales en la
forma de pensar y nos da una ventaja evolutiva dentro de una mono cultura
tecnológica en un conjunto de ciudadanos,
donde la globalización es solo un tópico más de la vida diaria, y la
velocidad con la que se generan las comunicaciones nos pone en un escenario
global como “Ciudadanos del Mundo”, viviendo en una Aldea Global Electrónica
donde los rasgos de la sociedad son concebidos en una matriz de tecnología
pura. Una nueva cultura basada en el avance de la técnica nos ofrece una visión
diferente de nuestro entorno y extienden la ideología del progreso tecnológico.
Se entiende a la técnica como consecuencia de la aplicación de las leyes
físicas en un terreno utilitario.
Los sistemas y conceptos actuales se quedan obsoletos
ante una sociedad cada vez más carente de recursos energéticos: sean estos
alimentos, energía eléctrica y combustibles fósiles o biocombustibles. Los
combustibles fósiles nos dejan en la miseria debido a la alza en los precios;
en el caso de los biocombustibles, estos suponen un agravio al problema de
alimentos en el planeta, pues se dejan de producir semillas destinadas para
alimentos. Consumimos y agotamos toda fuente de alimentos y de energéticos. En
tiempos pasados la fuente energética más usada era el carbón; hoy el petróleo,
cada vez más escaso y su costo cada vez
más alto, dejará de ser el energético principal que mueva los motores de
nuestra industria, frente a una creciente producción de combustibles hechos a
base de granos de maíz o de arroz, sin duda, el petróleo dejará de producirse
para dar paso a la producción de biocombustibles.
Las ciudades de hoy
nos dejan en la necesidad, las distancias, los precios en combustible y
alimentos aumentan significativamente. Al mismo tiempo que consumimos,
producimos cantidades ingentes de basura y contaminación, en nuestra actitud
hedonista olvidamos por completo el mal metabolismo en el que hemos impuesto en
nuestras ciudades. Definitivamente las ciudades hoy no han elevado a la virtud
al hombre ni tampoco ha sido un espacio para su florecimiento. Las mega
ciudades enfrentan obstáculos sociales y ecológicos. Otra de las inquietudes
son en cuanto a las responsabilidades de gasto y movilización de recursos. En
Asia y América Latina, las mega ciudades manejan las funciones y
responsabilidades de una provincia además de potestades políticas y económicas
superiores a los municipios. Una mega ciudad es usualmente definida como un
área metropolitana con más de diez millones de habitantes.
El urbanismo de las últimas décadas del siglo XX se
preocupa cada vez más de establecer o ejecutar políticas de servicios públicos
y de proporcionar estos servicios. Como es obvio que los recursos son limitados
y que los acontecimientos globales afectan al futuro de cada comunidad. En el
futuro las ciudades dejarán de crecer horizontalmente para dar paso a los
nuevos conceptos verticales y estarán diseñadas para no crecer; deberán
encontrar un equilibrio entre lo social, lo ambiental y lo económico. Estas
tendrán que producir tanto su propia energía así como los alimentos para
consumo. Tendrán que reciclar y reutilizar los desechos que ahí se producen.
“Es el hombre quien en sus
intercambios materiales, cambia junto a su existencia real sus pensamientos y
los productos de sus pensamientos”
Karl Marx